4 de cada 10 consultados por Banca de las Oportunidades dice no necesitar financiación para crecer.
En Colombia la mayoría de micronegocios que existen han surgido de la necesidad de subsistencia de sus gestores, es decir, que al momento de ‘montarlos’ sus dueños no tuvieron otra alternativa para generar ingresos para sus familias, factor que los deja en un alto grado de vulnerabilidad y expuestos a una muy corta vida.
Un informe del estatal programa Banca de las Oportunidades indica que esa condición hace que esa gran mayoría de micronegocios se encuentren en la informalidad, lo cual los limita, además, a la hora de demandar crédito formal necesario para crecer y asegurar un crecimiento en el mercado.
En Medellín y Barranquilla esa es la principal razón que lleva a las personas a crear este tipo de negocios, con 44,3 y 41,9 por ciento, respectivamente, por encima de otras razones como una oportunidad de negocio, motivo que impulsa a los habitantes de Bogotá (37,2 por ciento), Cali (33,6 por ciento) y Bucaramanga (27,9 por ciento).
Otras motivaciones para crear negocios en Colombia son ejercer la profesión de quienes las desarrolla, generar más ingresos y no tener experiencia en ninguna tarea, entre otras razones, indica la encuesta de Banca de las Oportunidades.
Según Freddy Castro, director de este programa, la falta de conocimiento sobre el negocio y cómo se debe manejar hace que su permanencia en la economía sea muy corta, pues este hecho no le deja mucho margen de maniobra.
El estudio indica que el 88 por ciento de los consultados no cuenta con registro de Cámara de Comercio, el 76 por ciento no tiene RUT, mientras un 70 por ciento no lleva, entre otros requisitos legales, lo cual hace que al momento de buscar financiación para desarrollar más su idea las únicas opciones sean el gota a gota, prestamos familiares o de amigos y las casas de empeño, entre otras alternativas.
Bajo esas condiciones, dice Castro, son muy pocos los que pueden demandar crédito formal, por lo que es urgente fortalecer la educación financiera en este segmento de la economía para facilitar el acceso y la demanda del crédito formal.
De hecho, solo el 18 por ciento de los micronegocios del país acudió al crédito bancario antes de la pandemia y si bien a la gran mayoría se les aprobaron préstamos, se estima que ese porcentaje se pudo reducir durante la actual coyuntura.
Un 40 por ciento de los consultados dijo no necesitar préstamos bancarios.
Y ¿Cómo se financian y sobreviven estos micronegocios en esas condiciones?
Los expertos consideran que este tipo de negocios se apalanca vía patrimonio y eso puede tener dos explicaciones: una asociada a los bajos niveles de productividad de la economía; lo otro es que al tener una economía tan pulverizada, con tantas pequeñas empresas estas no tienen mucho margen de maniobra para crecer y no son tan productivas.
“Existe la necesidad de redoblar esfuerzos de política pública en materia de formalización y financiamiento para las microempresas”, dicen en Banca de las Oportunidades. Y agregan que “la coyuntura hace imperativo continuar con el monitoreo de información del financiamiento microempresarial. Análisis con mayores niveles de desagregación entre sectores económicos, efectos en salud financiera y el rol de las transacciones electrónicas son algunos temas por profundizar”.
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