El dato cedió en diciembre. Servicios siguen rezagados.
Aunque la economía viene mostrando un ritmo de recuperación desde septiembre, cuando se levantó el aislamiento obligatorio, el 2020 cerró con un retroceso de la confianza empresarial, por lo que los cierres del 2021 configuran un panorama aún más incierto para la actividad productiva y la reactivación.
Por un lado, el Dane publicó ayer los resultados de su séptimo ejercicio de revisión del Indicador de la Confianza Empresarial (ICE) de diciembre y mostró que hubo una reducción de las expectativas de los empresarios, impulsada principalmente por lo que ellos creen que se viene para el futuro de su organización y del país.
De acuerdo con el reporte del departamento estadístico, el ICE de diciembre fue de 48,78%, mientras que en noviembre fue de 49%. Juan Daniel Oviedo, director del Dane, explicó ayer que ese comportamiento se debió a que el sector de la construcción tuvo una disminución de sus expectativas, pues el ICE de esa actividad pasó de 49,8% en el onceavo mes del año, mientras que cerró en 49,3% en diciembre.
“Podemos afirmar que, precisamente, el retroceso está asociado con las perspectivas más pesimistas de los empresarios hacia futuro en su organización o del país”, señaló.
Y es que ante la pregunta sobre lo que creen que ocurrirá con la situación económica de la empresa en el próximo año, el 65,4% dice que estará mejor en diciembre, mientras que un porcentaje mayor respondió afirmativamente a esa pregunta en noviembre (66,4%).
Además de la construcción, que tuvo que ver con ese resultado un poco más negativo en diciembre, también se ve que el regreso a la normalidad para las actividades de servicios está más rezagado. De acuerdo con el Dane, mientras el 91,3% del total de las empresas reportó estar en operación normal, el 82,7% de las de servicios dijo lo mismo.
Entre las más afectadas, como ya se ha evidenciado en otros indicadores económicos, las agencias de viajes, operadores turísticos, servicios de reserva y actividades relacionadas tienen todavía el 67,7% de las empresas con operación parcial.
Algo similar se ve en todas las actividades creativas, artísticas y de entretenimiento, las cuales la mitad está con operaciones parciales y un 10% se encuentra en un cierre temporal.
“Se confirma entonces que en la senda de reactivación, las actividades de servicio están presentando un rezago y eso debe ser tenido en cuenta en las decisiones de política pública, que deberían ser focalizadas”, comentó Oviedo.
En cuanto a la generación de empleo, las empresas pasaron de responder que habían reducido sus horarios o su nómina por la pandemia en un 34,5% en mayo, a 16,2% en noviembre.
LA INCERTIDUMBRE
Ante un cierre de 2020 con las expectativas más bajas para los empresarios, se suma que el año comienza con varias restricciones en todo el país, que dejan más preguntas sobre cómo va a seguir avanzando la recuperación y cuál será su velocidad.
Precisamente, ayer Fedesarrollo actualizó los cálculos que había hecho el año pasado sobre el impacto de las restricciones por todo el país en la economía, y señaló que las pérdidas pueden estar entre $8,3 billones y $12,5 billones, lo que significaría la destrucción de más de 200.000 empleos.
Según Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, esas estimaciones son menores a las que se habían hecho en abril, cuando se calculaba que por cada mes de cuarentena estricta el país perdía entre $48 billones y $65 billones.
“Esto se debe a la implementación de medidas menos restrictivas a las observadas entre marzo y abril del 2020, a la no aplicación de las medidas de forma general en el territorio nacional, y a la adaptación de las empresas y los trabajadores al nuevo contexto relacionado con la pandemia del covid-19”.
Aún así, para el caso de las principales ciudades como Bogotá, Medellín o Cali, que pesan casi la mitad del PIB, las medidas más estrictas tendrían un impacto importante para el descenso de la economía.
Según Fedesarrollo, la capital del país, Antioquia y Valle del Cauca tendrían una participación en esa reducción del 48,8%, 15,9% y 11%, respectivamente. Eso equivale, en ese orden, a $4,1 billones, $1,3 billones y $0,9 billones.
“El costo final dependerá de eventuales restricciones adicionales a las tomadas hasta la fecha, de acuerdo con la evolución de la ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), y de la rapidez con que los flujos de actividad productiva retornen a las condiciones previas a la implementación de estas medidas”, agregó Mejía.
En ese sentido, la recomendación del centro de estudios es que se fortalezca el testeo, rastreo y control de los casos con el fin de construir cercos epidemiológicos focalizados, especialmente en las personas con mayores comorbilidades.
Asimismo, creen que las decisiones para mitigar el contagio del virus deben estar acompañadas de medidas “complementarias para apoyar al aparato productivo, especialmente en sectores más afectados, así como la aceleración de la ejecución de apoyo para los hogares más vulnerables”.
ASÍ SE HAN AJUSTADO A LA CRISIS
Otro de los puntos que revela el Pulso empresarial del Dane son las medidas que han tomado los empresarios para ajustarse a la contingencia relacionado principalmente con el uso del internet.
En cuanto al trabajo en casa, mientras que en mayo el 80% de las empresas respondieron usar este mecanismo para adaptarse, en noviembre ese porcentaje bajó 53,4%. Para el caso del uso de las ventas en línea como mecanismo de ajuste, respondieron, por su parte, que el 44,5% estaba acudiendo a esa posibilidad, en contraste con un 58,5% de mayo.
Finalmente, llama la atención que todavía el 66,8% de las organizaciones solicitó en diciembre alguna ayuda del Gobierno.
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